No esperes que nadie entienda tu viaje si no ha tenido que recorrer tu camino y en el trayecto se ha visto obligado a usar tus zapatos y a contemplar la vida desde tu altura. Y que nadie espere comprenderlo al cien por cien, porque eso es imposible.
O sea, que lo que otras personas piensen sobre ti es su realidad, no la tuya. Los demás no conocen tu historia ni tu camino, no pueden vivir en tu piel ni sentir tus recuerdos. Esto es muy importante a la hora de cuidar nuestra salud emocional, por eso debemos evitar dar crédito a las críticas y a los juicios sin fundamento de los demás…
Es decir, que tanto para evitar darle validez a los juicios ajenos como a la hora de hacernos entender tenemos que ser conscientes de que solo nosotros comprendemos completamente nuestro trayecto. Y, a veces, ni eso es posible…
A quien juzgue mi camino le presto mis zapatos
La consecuencia más directa de dar crédito a lo que los demás piensan y dicen de nosotros es que acabamos convirtiéndonos en alguien que no somos. Esto sucede porqueal final acabamos queriendo inconscientemente complacer a otros a costa de sacrificar aquello que nos define.
Teniendo esto en cuenta tenemos que percatarnos de que preocupándonos por aquello que consideran los demás de nosotros perdemos tiempo y energía.
No obstante, en general los demás piensan sobre nosotros mucho menos de lo que creemos. Aunque pensemos que somos el centro de las miradas, lo más probable es que lo que hacemos no sea relevante para los que nos rodean.
Por eso debemos intentar vivir con naturalidad, dándole importancia a lo que sentimos e intentando sintonizar con nosotros mismos, pues al fin y al cabo son nuestros pies los únicos que recorren nuestro sendero.
Vive tu vida de la forma que quieras,
Por eso, cuando no nos comprendemos ni a nosotros mismos es bueno y enriquecedor pararnos a pensar, repasar nuestro recorrido y ralentizar el paso hasta que reencontremos nuestro camino.
Lo bueno de esto es que ningún perdido se pierde. O sea, que cuanto más desconcertados nos sintamos, mayor probabilidad tendremos de ir recomponiendo el rompecabezas de nuestra vida. Eso sí, siempre teniendo en cuenta que nosotros somos los únicos que podemos poner en valor la comodidad de nuestros zapatos en nuestros pies.