PARA ELLAS
No te esfuerces en cumplir el mito de la princesa rosa.
No te esfuerces en buscar al príncipe azul.
El amor no es la solución a todos tus problemas.
Esperar es inútil.
El amor no es sacrificio, renuncia, ni rendición.
Hay muchas fuentes de afecto, de placer y felicidad en nuestras vidas.
Trabaja tu autonomía económica y tu independencia personal.
Libérate de tus miedos, sal de tus armarios, y no te sientas culpable.
Di no a la soledad.
Disfruta de tu papel protagonista en la historia de tu vida.
PARA ELLOS
Buenas noticias: no hace falta que salves a la Humanidad, ni que seas un héroe.
El amor es para disfrutar, no para sufrir.
Definitivamente, la princesa rosa ya no existe.
No mitifiques a una sola mujer y desprecies a todas las demás.
El amor no supone rendirse.
Aprende a compartir protagonismos.
El amor no culmina con un final feliz, se construye día a día.
Libérate de las cargas del príncipe azul.
Los miedos no desaparecen mágicamente, hay que trabajarlos constantemente.
En los cuentos que nos cuentan, los finales son siempre felices: el héroe rescata a la princesa, se casan y viven para siempre comiendo perdices. Él la protegerá, ella lo cuidará para siempre, ambos vivirán encerrados en su palacio de cristal.
Sin embargo, la Realidad es siempre diferente a la ficción romántica: como cualquier pareja, los enamorados se arrugan y engordan, pierden belleza y alegría, se pelean, se aburren, se hastían, se traicionan, se reconcilian, y nada es tan bonito como nos habían contado. Las princesas y los príncipes no son tan perfectos, por lo que sus historias de amor tampoco lo son.
Descubrirlo personalmente nos decepciona y nos frustra, porque nos sentimos engañados, o porque pensamos que tenemos mala suerte en el amor. Para poder sufrir menos y disfrutar más, tenemos que aprender a despatriarcalizar y a desmitificar el amor romántico, inventarnos otros cuentos con otros mensajes, y construir otras formas de querernos.
Extraído de «Claves para desmitificar el amor romántico, y encontrar el AMOR REAL» por Coral Herrera.
Psico-Salud