En la Meditación se reconocerá primero el ir y venir de los pensamientos; después, y mediante la actitud interior que consiste en no alimentar más el pensamiento, llegará el día en que percibiréis la pulsión, la vibración que precede al pensamiento.
Esta pulsión es la que percute el cerebro en sus profundidades y desencadena los procesos de simbolización y formulación. En un momento dado, la complicidad con esta tendencia a dar continuidad a las pulsaciones mediante el pensamiento y el lenguaje, desaparecerá de vosotros.
Jean Klein
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