Buda le dijo a un monje:
Hay cuatro grandes meditaciones:
La primera es la meditación del Amor, en la cual afinas tu corazón de tal modo que siempre deseas la dicha y el bienestar de todos los seres, incluso tus enemigos.
La segunda es la meditación de la Piedad, en la cual te representas vívidamente todas las aflicciones y desengaños ajenos, hasta que una profunda compasión por ellos llena tu corazón.
La tercera es la meditación del Gozo, en la cual te representas vívidamente todos los gozos y triunfos ajenos, y te regocijas de ellos.
La cuarta es la meditación de la Serenidad, en la cual te elevas por sobre lo frío y lo cálido, sobre el gozo y el dolor, y consideras tu propia suerte con la ecuanimidad de un extraño.
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