Según Freud, la felicidad consiste en realizar un sueño infantil. Los niños suelen decir: «Cuando crezca seré y haré tal, cual cosa». Esos planes quedan registrados en el inconsciente y toda la vida nos acosan, transformados en deseos de hacer algo extraordinario e imposible.
Sumergidos en la masa de ciudadanos, ansiamos ser diferentes, ser otra persona que el adul to en que nos hemos convertido. Aconsejo al/la consultan entonces: Imprimir tarjetas de visita con su nombre más un oficio imaginario que traduzca su ideal infantil.
El poeta chileno Vicente Huidobro (1893- 1948) se definía como «Anti-poeta y mago». Siguiendo este consejo, un psicoanalista se calificó como «Limpiador de sombras». Otros consultantes han estampado bajo su nombre oficios imaginarios como «Profesor de invisibilidad», «Hipnotizador de piedras», «Levantador de moral», «Fabricante de alas», «Vendedora de vacío», «Buceador en las honduras del sueño», «Liberadora de bonsáis», «Aprendiz de caídas hacia lo alto», etcétera
Del libro manual de Psicomagia.